jueves, 19 de agosto de 2010

PUÑOS Y MÚSICA



Los puños vacíos por estar cerrados por completo. La mirada decidida. Conforme la música entra por mis oidos y se impacta con el complejo sistema auditivo de mi cabeza, proyecta imágenes que me impulsan a sacudir mi cabeza. a agitar los brazos y patear. El ritmo me hace golpear mi cabeza y el piso con mis pies. Los brazos cual si fueran de molinos de viento quijotescos, se abren y giran. La música va tomando forma en la cortesa cerebral y me impulsan nuevamente a saltar y patear, todo a la vez, mientras que mi respiración se agita bajo el paliacate que me da anonimato.

Pronto aparece otro a mi lado. Los golpes e impulsos físicos producidos por la música no solo me afectan a mi, sino que abarcar cierto espacio, donde las personas lo disfrutan igual que yo. El ritmo aglomera más y más gente en un espacio que se vacía entre la multitud. Los que no se deciden a dar rienda suelta a sus impulsos se hacen a un lado para vernos disfrtar la rapidez de la batería, el ritmo del bajo, la estridencia de la guitarra y la violencia de la voz.

La música acaba tal y como empezó: súbitamente.

El sudor se limpia y se espera la nueva canción...

(Además, opino que se tienen que cumplir en su totalidad los acuerdos de San Andrés, liberar a los presos políticos en toda Latinoamérica, que la franja de Gaza deje de ser víctima de la voracidad israelí-americana y que se termine la guerra iniciada por Felipe Calderón.)

jueves, 12 de agosto de 2010

Alika en Querétaro: recuento de un evento "frustrado"


Conforme la tarde ba cayendo sobre las calles coloniales del Centro de la ciudad de Santiago de Querétaro los jóvenes van llegando a la plazuela ubicada frente al templo de Santa Rosa de Viterbo. Motivo: la presentación de la artista internacional de reggae, Alika. La espera, el mal sonido y, lo peor de todo, un espacio que no está pensado para grandes cantidades de gente. La dependencia estatal encargada de la juventud, bajo el nombre "Somos QRO" es la responsable del evento gratuito que congrega a los jóvenes de los más variados estratos sociales, aunque la gran mayoría de los estratos más bajos.

La espera y el mal sonido: Los detonantes. La lluvia se cierne sobre los desesperados espectadores que se han permitido ingerir alcohol (no solo en las inmediaciones del evento, sino en el mismo evento, con el permiso de la "seguridad privada" contratada la para el evento), así como solventes y uno que otro cigarrillo de mariguana.

La lluvia y la cancelación del evento: las gotas que derraman el vaso. La desesperación se torna en actos violentos como lanzar botellas (no solo de plástico) hacia la tarima, teniendo como respuesta la participación de los pocos judiciales encargados del orden, algunos con pasamontañas. La mayoría con armas largas. La desvandada por parte de los asistentes es inminente hacia Ezequiel Montes, una de las principales vías que atraviesan el centro de la ciudad colonial. Detenidos.

El centro se descontrola conforme los jóvenes emprenden su camino. Algunos no dudarán en encontrar alivio en sus casas. Muchos en seguir lo que no se realizo en alguna casa o establecimiento bien dotado de bebidas alcoholizantes. La policía va llegando en mayor número al lugar del evento "frustrado".

"Se nos salió de control. No creimos que se necesitaran muchos elementos en el evento"- dice un policia motorizado a un automovilista que llega por su hija y sus amigos al evento.

Yo soy un simple asistente y testigo de lo que pasa.

Además, opino que se tienen que cumplir en su totalidad los acuerdos de San Andrés, liberar a los presos políticos en toda Latinoamérica, que la franja de Gaza deje de ser víctima de la voracidad israelí-americana y que se termine la guerra iniciada por Felipe Calderón.